lunes, 16 de noviembre de 2009

Californication

Es mi nueva serie favorita y prometo amarla y respetarla hasta que la muerte nos separe.

La trama es bien realista y sencilla. El protagonista es Hank Moody, un escritor que desde que no está con su amada ha perdido la inspiración y no ha escrito ni una novela decente. Al otro lado está ella, Karen, una mujer completamente enamorada de Hank, el hombre inmaduro que la descuidó emocionalmente y que obligó a que Karen tomara la decisión de dejarlo.

El punto es que mientras ella intenta rehacer su vida con otro, él trata de olvidarla sumergiéndose en un mar de vaginas y alcohol que lo satisfacen por algunos minutos. Pero después viene lo obvio, se siente solo y frustrado de no poder tener a esa mujer que con tan sólo una sonrisa le dice TE AMO.

Y acá viene la parte que no entiendo. Ambos se aman, se necesitan, se desean y son absolutamente distintos lo que los hace completamente compatibles como el Ying y el Yang. Entonces, ¿por qué carajo no están juntos?

Quizás lo que realmente se necesita para sostener una relación no sea sólo el amor, sino también la voluntad de ambos por mantenerla. Cómo sea! Es posible que en ese mar de confusiones y falta de iniciativa, se terminen perdiendo.

(Carta de Hank a Karen)


Querida Karen:

Si estás leyendo esto significa que he encontrado el valor para mandártelo. Bravo por mí. No me conoces muy bien pero, si me lo permites, tengo tendencia a repetir una y otra vez lo duro que me resulta escribir. Pero esto es lo más difícil que he tenido que escribir nunca.


No existe una manera fácil de decirlo, así que simplemente lo diré: He conocido a alguien. Fue una casualidad, yo no lo estaba buscando. No lo planeé. Fue la tormenta perfecta. Ella dijo una cosa, yo dije otra… cuando me di cuenta quería pasar el resto de mi vida en mitad de esa conversación. Ahora tengo la sensación en mis entrañas de que puede ser ella.

Está completamente chiflada de una forma que me hace sonreír. Es extremadamente neurótica y exige un mantenimiento exhaustivo. Ella eres tú Karen. Esa es la buena noticia. La mala es que no sé cómo estar contigo ahora. Me asusta. Porque si no estoy contigo inmediatamente, tengo la sensación de que nos perderemos allá afuera.

Este es un mundo malo, lleno de vueltas y recovecos, y basta con parpadear para que desaparezca el momento. El momento que pudo cambiarlo todo.

No sé lo que hay entre nosotros y no puedo decirte por qué habrías de saltar al vacío por alguien como yo. Pero hueles tan bien. Como el hogar. Y haces un café excelente y eso también es importante. Llámame.

Infielmente tuyo.

Hank Moody

viernes, 13 de febrero de 2009

San Valentín

Valentín… debe haber sido el único hombre romántico en este mundo y por eso lo proclamaron SANTO! No. En realidad esta vez dejaré de generalizar y deberé admitir que no todos son iguales, hay algunos que son peores! Ja, ja. Ya bueno, sólo por ser vísperas de San Valentín dejaré a los hombres descansar.

El enamoramiento… dicen que el sentimiento es igual al que se produce cuando uno come grandes cantidades de chocolate, pero hay un pequeño gran detalle, uno no engorda por “comerse” (que sutil) a un hombre, ja, ja.

¿Qué queremos en este día? Queremos que nos hagan sentir que somos especiales, que somos la única mujer en sus vidas, que todo el pasado ha sido un error, que somos parte de ellos, que sin nosotros no viven, que somos su felicidad… Definitivamente queremos que nos mientan. Ay! No pude evitar decir eso.

Pero díganme si no es lindo cuando toman nuestra mano y nos dicen que nos aman. Parece que por un par de segundos el mundo se detiene para escuchar esas palabras. El estómago se nos aprieta, sentimos ganas de reír, pero también de llorar.

Son sólo detalles los que pedidos. Es un sólo día al año. Es la oportunidad de demostrar que pese a todo el tiempo que ha pasado y pese a las dificultades que ha habido en el camino, aún su corazón late por nosotras, aún somos la voz que más quieren escuchar, aún somos aquella mujer linda que los conquistó y lo más importante, que aún nos aman.


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martes, 10 de febrero de 2009

Príncipe azul v/s Vampiros

Hace rato que las mujeres dejamos de creer en el príncipe azul, sabemos que con suerte aspiramos a conocer a un tipo decente y fiel, pero de aquí a que luche con dragones por nuestro amor… falta mucho. Claro. Los príncipes azules sólo son parte de los cuentos y esas historias son falsas.

Pero fue mayor mi decepción cuando caí en el fenómeno que desató Crepúsculo (libro y película) y me enamoré perdidamente del vampiro Edward Cullen. Un verdadero caballero, un hombre dispuesto a todo por el amor de una mujer… fantástico! Hasta que razoné y me di cuenta que es un vampiro, otro personaje de ficción.

Obvio, resulta inimaginable que un hombre normal tenga actitudes como las de él. Frases como “Me he hartado de permanecer lejos de ti” son absolutamente ridículas en el mundo real. Donde los hombres sólo buscan excusas para permanecer lejos de nosotras, “es que el partido, es que es mi mejor amigo, es que les faltaba un jugador…y bla, bla”.

Chicas, vampiros o príncipes da igual, ambos no existen, ambos son ficción, ambos sólo viven en nuestras mentes y sólo tendremos acceso a ellos a través de los libros y películas. Ay! Benditas películas!

jueves, 22 de enero de 2009

Palabras que queman la boca


Hay palabras que queman y es una lástima porque no son precisamente malas palabras. Quieres pololear conmigo?? Uf!!! Los hombres no la pronuncian casi nunca, para qué? Si total saben que al final una se da por vencida y termina simplemente asumiendo que se está pololeando.

Claro. Porque la mayor parte del tiempo las mujeres terminamos entendiendo nuestra relación a pura intuición. Obvio. Si los lindos tampoco pueden decir “te amo”. Ah no! Es que ahí sí que la boca les arde. Así que ahí estamos nosotras, las súper mujeres defendiendo a los súper imbéciles, “ay no es que Pepe me ama pero es súper reservado con sus sentimientos”… Qué!!!! Reservado con sus sentimientos?? Pero resulta que a “Pepe” basta que le baje la calentura y es capaz de decirle hasta al tío cosa “Te amo”.

Pero qué más da. Después de años de lucha comienza el desgaste y al final somos felices con el más mínimo gesto de cariño. “Ay que lindo mi amor, le compraste pilas al control remoto…!!!” El regalo al final es para él, pero tiene la decencia de al menos intentar pasar la compra como un gesto de cariño hacia ti.

Creerán que cada palabra tierna se paga?? Bueno, nuevamente dedico unas palabras a todos los hombres y perdón si me pongo profesora de jardín infantil al explicar, pero es que con ellos, no hay que dar nada por hecho.

Hombres:

Sé que vivimos en una sociedad en que todo tiene precio, pero todavía hablar es gratis. Sólo tienen que mover la boquita, batir la lengua con suavidad e intentar ir pronunciando lentamente cada letra… Primero la “T”, que se pronuncia con los dientes casi cerrados, luego la “E” y así. Viene a “A” la “M” y finalmente una gran “O”. Para pronunciar esta última sólo deben poner lo boca igual que una muñeca inflable. A claro, ahora le brillan los ojitos y ponen cara de algún recuerdo familar…

No hay caso.

lunes, 19 de enero de 2009

Acuerdos Prenupciales

Definitivamente somos un país subdesarrollado con mujeres subdesarrolladas. En EE.UU hace rato que las féminas se dieron cuenta de que eso del amor eterno, fidelidad y hasta que la muerte nos separe, no existe y, por lo tanto, comenzaron a resguardas sus derechos como futuras esposas gorreadas.

Ya antes algo había leído sobre los acuerdos prenupciales, pero si hay expertos en el tema de seguro se encuentran en Hollywood. Es imposible que un famoso se case sin que haya llegado a un acuerdo prenupcial, algunos exigen un mínimo de relaciones sexuales por semana, otros acuerdos económicos… en fin. Hay para todos los gustos.

Entonces, qué estamos esperando para comenzar a casarnos con un acuerdo prenupcial? Uno que diga, por ejemplo, que si una de las partes es infiel de inmediato le cede todos los bienes adquiridos durante el matrimonio a ella, u otro que diga que si el hombre llega a olvidar alguna fecha importante, por obligación tendrá que indemnizar a su esposa con el 80% de su sueldo por concepto de daños emocionales.

No es malo. Al menos después de cada mal rato, estamos seguras que algo bueno vendrá.



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