viernes, 14 de noviembre de 2008

Y ahora, qué hago?


Por qué somos tan monotemáticas? Puede pasar un día sin que hablemos de hombres, sin que pensemos en “ese” tipo que nos hizo sentir gusano y que nos dejó peor que Britney Spears en plena etapa de su locura?

Cuando terminaron conmigo creanme que para superarlo lo hice todo. Probé la técnica de “un clavo saca a otro clavo” y… funciona pero tiene sus desventajas… porque como una se está sintiendo tan mal, la vista falla y el clavo termina siendo un psicópata peor que el anterior.

También está la técnica que bauticé con el nombre de su creador “Jhon Lennon”, esa en la que te pierdes por un mes en fiestas, bares, toxinas y todo lo que se te cruce y esté dentro de tus límites. Claro que, para mi desgracia, esta técnica resulta demasiado costosa y por más ganas que tengas, no llegas a ningún lado. A los tres días ya tuve que regresar a mi casa a decirle a mi mamá que me dé comida… digamos que en desnutrición no estaba pero tenía mucha hambre y cero peso.
Y esta es otra técnica. La comida. Uf!! Un verdadero placer si se está soltero. Me dispuse a pasar las penas y matar la ansiedad comiendo, total, a esa altura daba igual si terminaba pesando una tonelada, porque lo único que quería era olvidar al tontón que me había abandonado. Pero la situación se me puso complicada cuando ya tenía que estar usando unas ropas que parecían maternales!!! Aunque tiene sus ventajas. Siempre me dieron el asiento en el metro. Finalmente, cuando ya me transformé en la hermana gemela de Piggy, tuve que decir STOP.

Entonces apareció esa brillante técnica de “La desgracia ajena”. Me nutrí de historias de personas que estaban en peores condiciones que yo… “me robó mi hijo, me pegaba, me gorrió con mi hermana, con el perro, era gay, etc.” Todo sirve y creanme que ayuda, pero terminai más traumá que como comenzaste. A esa altura yo veía a un hombre y ya tiritaba o cuando conocía a un tipo sacaba mi cuestionario para preguntarle de una si tenía afinidad sexual con animales, o con su mismo sexo o si se creía rambo… todo. Porque prefieres quedar de loca que volver a tropezar de nuevo con otra maldita piedra.

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